Navarra se caracteriza entre otras muchas cosas por la amplia bibliografía que aborda su historia y la de sus gentes. Si esto es así es porque este viejo reyno, a su vez, es prolijo en investigadores, historiadores, escritores y gente preocupada por ahondar y profundizar en la historia local y provincial. Basta con acercarse a cualquier pueblo o valle de nuestra geografía para darse cuenta de que, muy probablemente, han encontrado ya un bienhechor que ha dedicado parte de su vida en recomponer la historia del lugar, sus costumbres, y sus tradiciones.
En consecuencia, tan acostumbrados estamos a la edición de libros sobre temática navarra que, con frecuencia, desfilan ante nosotros auténticas obras de investigación, sin ánimo de quitar nada a las demás, que esconden entre sus tapas trabajos colosales de años de incesante trabajo.
Es, en mi opinión, el caso del libro “Alcaldes y regidores de Puente la Reina – Gares (1677-2002)”, escrito y publicado este pasado año por el puentesino Alberto J. Aceldegui, historiador, escritor, y también concejal de cultura de ese consistorio.
Un libro para la historia
Tras repasar con detenimiento la obra de este historiador, y como también sucede con otras obras suyas, no cabe hacer otra cosa que descubrirse ante la envergadura del trabajo que hay detrás de esas 442 páginas. Y lo digo desde el presentimiento y el convencimiento de que estamos ante un trabajo insuficientemente reconocido. ¡Ojalá me esté equivocando!.
Dedica él esta obra a tres buenos amigos suyos, y exconcejales del Ayuntamiento de Puente la Reina : Santiago Arregui Moso, José Aldaz Lizaso, y Julián Erro Romero; y se la dedica también, como no podía ser de otra manera, “a la memoria de todos los hombres y mujeres que han dedicado parte de su vida a trabajar al servicio de nuestra villa desde su consistorio a lo largo de los últimos 325 años”. Sirva este reportaje para amplificar esta dedicatoria y este agradecimiento e, igual que un boomerang, para reconocer y agradecer el esfuerzo de este puentesino, Alberto Aceldegui, en su trabajo de recuperación y divulgación del patrimonio histórico de Puente la Reina , villa ésta a la que ha aportado, y esta aportando, muchas horas de trabajo y una bibliografía que la dignifica.
Alberto Aceldegui ha apuntalado en este libro una parte importante de la historia de Puente la Reina ; se ha tomado la molestia de sumergirse de lleno en el archivo municipal de su localidad desempolvando actas, y descifrando palabras que antaño un escribano plasmó sin sospechar que estaba forjando historia. Y además de ello, con esa labor ímproba, ha sido capaz de recomponer, una a una, las últimas 234 corporaciones, que a su vez fueron presididas por un total de 135 alcaldes, es decir, desde 1667 hasta la actualidad. Sirva como curiosidad, aunque esto es algo muy común a otras localidades, que hasta 1995 no vieron los puentesinos una mujer al frente del consistorio; fue el caso de Mª Carmen Etayo (1995-1997). Hoy, desde 1999, es otra dama –Mª Eva Erro- quien ostenta este honor.
“Alcaldes y regidores de Puente la Reina – Garés (1677 – 2002)” es un libro, y un trabajo de investigación, que va mucho más allá de ofrecer a sus paisanos una lista completa de los alcaldes que ha tenido esta villa en los últimos 325 años; y vaya por delante que si sólo hubiera sido esto, no es poco precisamente. Por el contrario, el libro, además de ofrecer los nombres de los componentes de cada una de las corporaciones puentesinas, aprovecha el nombre de cada mandatario municipal para profundizar en la historia de la villa durante su mandato, exponiendo así una selección de los acontecimientos, grandes y menudos, que durante los últimos tres siglos han configurado la vida municipal de Puente la Reina , acercándonos a su vez a la realidad de lo que en esta villa fueron etapas como la guerra de la Convención , la invasión napoleónica, las guerras carlistas, las dos repúblicas, la gamazada, el franquismo, o la transición democrática, por citar tan sólo algunos episodios de estos últimos siglos.
La elección del alcalde
De la mano documentada de Alberto Aceldegui tenemos conocimiento de que, al menos, desde el siglo XIII los alcaldes, o alcaides, eran elegidos en el arco de la parroquia de Santiago, concretamente en el arco que daba hacia el lado del antiguo cementerio (tapado desde 1791 por las obras del claustro). Esta reunión, celebrada en tan discreto lugar, se realizaba durante la noche del 28 al 29 de septiembre, y en ella se elegía a tres personas de entre los principales propietarios de la villa. A partir de ese momento era el rey quien dictaminaba quien de los tres elegidos debía de ser el alcalde.
Este sistema perduró hasta bien entrado el siglo XV, concretamente hasta el mes de diciembre de 1428, que es cuando el rey consorte Juan II y la reina propietaria doña Blanca salen al paso de las dificultades que estaba teniendo el alcalde de la villa, pérdida de autoridad incluida, y le concede a Puente la Reina algo así como un anticipo del privilegio de elección de alcaldes, a la vez que refuerzan notoriamente el poder del alcalde. Esto derivó a su vez, en 1433, en una concesión real mucho más amplia que permitía a los puentesinos elegir directamente a su alcalde, quien a su vez, debía de presentarse ante el rey acompañado de un jurado (concejal); esta costumbre perduró hasta 1512. A partir de ese año la monarquía delega en cada municipio la responsabilidad de la elección de alcalde, y eximiendo a éste de la obligación de presentarse ante el rey.
Hacia el siglo XVI, sin que se sepa con exactitud la fecha, se traslada a Navidad la fecha de la elección, y ésta deja de hacerse en el cementerio. En el año 1764 se vuelve a trasladar la fecha, en esta ocasión al uno de noviembre, con el simple objetivo de que el alcalde pudiese cerrar su mandato con más tiempo, y el nuevo tuviese más tiempo para preparar su juramento; pero esto no dio los buenos resultados que se esperaba, y desde finales del XVIII se establece efectuar el cambio de mandatario el mismo uno de enero, con la obligación, además, de que el traspaso de poderes se hiciese en el mismo día.
En 1842, tras la firma de la Ley Paccionada (1841), la reina Isabel II dictamina que los periodos al frente de la alcaldía se alarguen a dos años, costumbre esta que perduró hasta 1923. El golpe de estado de Primo de Rivera trajo consigo la elección de nuevos ayuntamientos que se mantuvieron hasta 1929. Hasta la llegada de la segunda república (1931) se sucedieron varias corporaciones, pero con ésta las elecciones provocan el cambio municipal que, en el caso de Puente la Reina , se prolongó hasta 1940. Y desde entonces hasta 1976 los alcaldes fueron nombrados por el gobernador civil.
La transición política trajo consigo, en 1979, la celebración de elecciones municipales democráticas que se repiten cada cuatro años.
Esta es, a grandes rasgos, la historia de los alcaldes y regidores de Puente La Reina. Una historia ampliada, con nombres y apellidos, y minuciosamente documentada es la que podemos encontrar en el libro “Alcaldes y regidores de Puente La Reina – Gares (1677-2002)” de Alberto Aceldegui.
Sirvan estas líneas, cuan regalo de Reyes Magos, para reconocer y elogiar el esfuerzo que hay detrás de estas páginas, y para decirle a su autor que ¡ánimo y adelante!. Así se escribe la historia.
13 ALCALDES PARA |
No hay comentarios:
Publicar un comentario